En el epicentro de muchos debates entre nosotros, los nómadas digitales, se encuentra el aumento del trabajo independiente. Puedes interpretar esto como un trabajo en el que eres tu propio jefe, o en el que dedicas un rato a trabajar en tu propio espacio, ambas opciones están dando pasos de gigante en las oficinas de todo el mundo.
Un paso hacia delante
Han quedado atrás los días en los que las oficinas animaban a sus trabajadores a trabajar en los mismos horarios. Han desaparecido los motivos de diseño ideados para mantener a los empleados inmersos en sus puestos designados, trabajando como hormigas bajo las normas y deseos de sus jefes. Aunque está tardando un poco más en aflorar en algunas culturas, es innegable que la flexibilidad en el espacio de trabajo es cada vez más común. Aunque es admirable trabajar bien en equipo, la forma en que funciona el mundo laboral nos anima a mejorar nuestras habilidades para trabajar de forma independiente. Ya sea para tomarse 30 minutos para cambiar de espacio de trabajo o para trabajar en un proyecto en solitario, a menudo se admiran los beneficios de poder controlar el trabajo, el tiempo y el espacio propios.
Tú decides
Solo porque estés en un equipo de 10 personas no significa que no puedas trabajar por tu cuenta. Suele ser muy fácil ceder a las demandas de la sociedad. Es evidente que ajustarse a las expectativas y necesidades de los demás a menudo puede llevarte muy lejos y llenarte de halagos, pero a veces puede impedir que te sientas realizado. La manera de gestionar tu tiempo con tu equipo depende completamente de ti. Echarse a un lado para concentrarse en un proyecto alejado del lúgubre ruido blanco de tus compañeros puede ser una buena idea de vez en cuando. En el lado opuesto están los autónomos. En el pasado, la gente solía pensar en los autónomos de forma negativa. “Trabaja cuando le apetece”, aludiendo a la idea de que los autónomos no tienen trabajos “reales” que requieran dedicación. Nada más lejos de la realidad. Ser autónomo significa que es necesario tener una visión clara de lo que quieres y de lo que quieren tus clientes. Tienes que ajustar tu propia agenda para asegurarte de que nadie sale perdiendo y, aunque técnicamente eres tu propio jefe, deberás satisfacer las demandas de aquellos que te dan trabajo.
Lo mejor de los dos mundos
El aumento de llaneros solitarios en el lugar de trabajo ha tenido un efecto adverso en el mercado. Están apareciendo espacios de coworking en todas partes, hay programas de administración y planificación disponibles con tan solo un clic y puedes hablar por Skype con tus compañeros o invitarles a que visiten tus lugares de trabajo. Trabajar por tu cuenta ya no te aísla, por lo que aún puedes sentirte parte de un equipo estés donde estés. Asimismo, si no estás listo para dar el paso y prefieres trabajar en equipo, puedes hacer pequeños cambios en tu rutina para tener algo de tiempo para ti.
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